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María Robles

Las maquiladoras de exportación y sus actores

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    ades, atribuyéndole poderes sobrehumanos de liderazgo. En esta visión despersonalizada no toma en cuenta la actividad colectiva de muchas personas que actúan en ese momento histórico. Al respecto, agregamos que Schumpeter no hace referencia a la estructura, ni al ambiente, pero sí alude al momento histórico. Consideramos que esto se debe en parte a la época en que escribió su obra –
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    pero sí en dónde han trabajado. Los nuevos empresarios a menudo sacan provecho de los trabajos y relaciones anteriores, aunque también las experiencias pueden limitar la búsqueda de nuevas oportunidades y/o las estrategias a implementar.

    Aldrich advierte al respecto que las nuevas teorí
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    Segundo. Otro enfoque lo constituyen los que, siguiendo a Schumpeter, argumentan que en la actividad y en el proceso de innovación de nuevos productos o mercados es donde se puede identificar al empresario o el espíritu empresarial. Esta corriente, al igual que Schumpeter, señala que el empresario es una entidad autónoma, es decir, un individuo.

    Tercero. Según Kirzner (1997, citado por Aldrich), “reconocer la oportunidad” es la actividad principal de los empresarios; bajo este punto de vista, “la cantidad de recursos iniciales no es un problema, sino más bien la habilidad
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    es con una empresa” y por otro lado más limitada, porque según esta definición incluye solamente a los que realicen o dirijan las nuevas combinaciones (ibíd. 1963, 85).

    Lo controversial de los planteamientos de Schumpeter es que solamente se es empresario en el momento de emprender alguna de las combinaciones antes citadas. Una vez que se ha puesto en marcha la empresa, se pierde ese carácter, es decir, ser empresario para Schumpeter no es una condición permanente, ni una profesión. Por otra parte, en varias obras pronostica una reducción gradual de su importancia.
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    La apertura de un nuevo mercado.

    4) La conquista de una nueva fuente de aprovisionamiento de materias primas o de bienes semimanufacturados.

    5) La creación de una nueva organización de cualquier industria o bien la anulación de una posición de monopolio existente con anterioridad (ibíd. 1963, 77).

    Estas combinaciones suponen, en la mayoría de los casos, el empleo distint
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    ive y morirá con él” (ibíd. 1963, 184). En otra de sus obras escribe: “Ser empresario no es una profesión ni por lo general una condición perdurable, y los empresarios no constituyen una clase social en sentido técnico como por ejemplo lo hacen los terratenientes, capitalistas y obreros” (ibíd. 1963, 88). Señala que es probable que su fun
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    ice: “El mero hecho de trabajar en un medio distinto al acostumbrado es lo que rompe el tradicionalismo y lo que actúa de factor ‘educador’. Apenas precisa indicar hasta qué punto se basa en efectos de tal índole la mayor parte del desarrollo económico norteamericano” (ibíd. 2003, 87).

    Plantea
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    Afirma que el empresario moderno/industrial, para poder avanzar y no descender, hace suya esta mentalidad, la cual relaciona con características personales, como son: la innovación, firmeza de carácter, una visión clara, capacidad para la acción, una extraordinaria capacidad para el trabajo, además de ciertas cualidades “éticas”. Estas características son distintas a las que se adaptaba el tradicionalismo de épocas pasadas (Weber 2003).

    Para el citado autor,
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    “El mero hecho de trabajar en un medio distinto al acostumbrado e
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    s en la cultura de las sociedades donde se encuentran sus especificidades. Weber llamaba “espíritu del capitalismo” a la mentalidad del cálculo racional, del “lucro” que vino a suplir la de “satisfacción de las necesidades”, que ubica como propia del precapitalismo, llamándola también tradicional.
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