Poemas breves
Breve es el tiempo para los sueños de los hombres, arrebatados como paja por la ventisca.
Como el río, nada detiene su curso. Todo es vértigo, fugacidad, olvido, desvanecimiento.
En la mañana los lirios del campo visten su esplendor y los pájaros encienden la penumbra del bosque. No obstante al atardecer, declinan su brillo y callan.
Maravilla de lo pequeño, discreto encantamiento de las cosas, borrándose inmutables en la puesta de sol.
En su eterno devenir el viento arremolina las nubes y los días en leve jornada; y los aguaceros y la nieve sobre el pasto, sombras en la memoria.
Peregrina la soledad de arcilla y paja en la casa inicial… errante espíritu alrededor del fuego temblando bajo las estrellas… asombro agazapado por siempre en la mirada nómade