Entre los rotos

Es importante tener un cómplice.

Ojos que conocieron la misma guerra, que perdieron la misma patria.

Es fundamental no olvidar que caminamos juntos y que hoy nos aterrorizan idénticos monstruos.

el papel de cómplice primordial está reservado para el hermano, único testigo verdadero de la masacre.

La primera guerra a veces es la casa. La primera patria perdida, la familia.

También le diré cuánto lo extraño. Por sobre todas las cosas yo amaba a mi hermano

Dos vidas mal planeadas, mal ejecutadas. Simulacros. Accidentes.

El incendio que fue su vida continúa dejando secuelas entre nosotros, los rotos.

Intentaba ordenar el caos, darle sentido a todo aquello que vivimos. Había llegado a un destino infausto sin saber por dónde. Las imágenes serían el estambre con el cual salir del laberinto. Estaba desandando sus pasos, para ver si lograba entender.

Ahora soy yo la que intenta entender.

Bajar todos los escudos, permitirme ser feliz a su lado. Calma, ternura, generosidad. Se puede vivir con todas esas cosas.

Pero yo no sabía cómo hacerlo.