No creo que pueda esperar a tener unas palabras con el Rey Gris en cuanto termine toda esta mierda —murmuró Locke—. Hay unas cuantas cosas que quiero preguntarle. Cuestiones filosóficas, algo así como: «Eh, cabronazo, ¿cómo se siente uno fuera de la ventana, colgado por las pelotas?».