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Yasmina Reza

Serge

  • Guillermo Ladd Huarachicompartió una citahace 3 años
    También estaba Carole, la primera mujer de Serge y madre de Joséphine
  • Guillermo Ladd Huarachicompartió una citahace 3 años
    Joséphine, la hija de Serge
  • Guillermo Ladd Huarachicompartió una citahace 3 años
    Desde que murió, todo se ha venido abajo.
    Ese tinglado hecho a la buena de Dios que es nuestra familia eras tú quien lo mantenía en pie, abu, dijo mi sobrina Margot en el cementerio
  • Guillermo Ladd Huarachicompartió una citahace 3 años
    Serge está convencido de que su destino lo rigen los números. Un día, en Chipre, cambió tres veces de habitación. La primera tenía un número malo, la segunda, dos camas juntas que parecían tumbas, la tercera, un cubrecama marrón-negro imposible de evitar. Cuando Serge sale de una habitación, es imperativo que lo último que vean sus ojos sea un objeto amigo o un color positivo. El negro es negativo. Cuando tropieza con algo negro, debe conjurarlo de inmediato captando dos veces seguidas sin equivocarse algo de color claro. Es agotador. Por no hablar del trastorno ocular
  • Guillermo Ladd Huarachicompartió una citahace 3 años
    ya sabes, Marta, que se trata de una risa muy difícil de conseguir, ¡es una risa marxista! Jajaja
  • Guillermo Ladd Huarachicompartió una citahace 3 años
    No hagáis caso a vuestra madre, decía, es antisemita.
    –Es judía –nos atrevíamos a observar.
    –¡Son los peores! Los peores antisemitas son los judíos. A ver si os enteráis
  • Guillermo Ladd Huarachicompartió una citahace 3 años
    venía de una familia que se había hecho rica con la industria de la lana. Sus padres habían mitigado toda pertenencia al judaísmo, eran apóstoles de la asimilación. Ella y su hermano habían cursado la secundaria en una escuela luterana. Los cuatro se habían marchado de Hungría después de la guerra huyendo de los soviéticos, se habían librado misteriosamente de la deportación cuando otros miembros de la familia cercana (entre los que había hermanos y padres) habían desaparecido, al parecer, en los convoyes de la primavera del 44. Una versión que todavía sostiene con medias palabras Zita Feifer y que confirman los archivos. Pero mi madre nunca nos hablaba de ello. El ADN de la no pertenencia al mundo judío se había extendido al mundo de los perseguidos. Tenía ese tropismo tan poco contemporáneo de no ser por nada del mundo una víctima
  • Guillermo Ladd Huarachicompartió una citahace 3 años
    Pero nosotros teníamos Israel! Nuestro padre tenía una palabra para llenar el gran silencio histórico y mostrarse intratable. Nuestro ancestro había luchado con Dios en esta tierra, no éramos una pobre gente que flotara por ahí sin un punto de encuentro. Nosotros teníamos Israel
  • Guillermo Ladd Huarachicompartió una citahace 3 años
    la pendiente de la pomposidad y el patetismo
  • Guillermo Ladd Huarachicompartió una citahace 3 años
    Lo único en condiciones de poner un poco de ambientillo era una conversación sobre Israel, no fallaba. Con Israel caíamos enseguida por
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