¿Qué puede hacer un joven diploma´tico, al que han dejado solo en la embajada de la España franquista en Hungría, cuando contempla la deportación y la matanza masiva de los judíos por los nazis? Esa es la pregunta que atenazaba a Ángel Sanz Briz, testigo horrorizado del Holocausto, la peor vergüenza de la historia de la humanidad. Con miedo, sin duda, pero también con enorme valentía, Sanz Briz va rescatando, uno a uno, a miles de judíos. La gesta de Ángel Sanz Briz fue reconocida por el Parlamento de Israel, que en 1991 le otorgó el título de Justo de la Humanidad.