Ser una autoridad no es una tarea sencilla.
En este cuaderno, el autor comparte principios y líneas de acción vinculados a la forma de gobernar en las instituciones educativas a cargo de la Compañía de Jesús, con especial énfasis en cuatro elementos que considera fundamentales para que esta misión sea gratificante: conocimiento de sí mismo, ya que para dirigir a otros hay que empezar por saber cómo dirigirse a uno; ingenio, que involucra tener la capacidad de innovar de manera confiada y de adaptarse a un mundo cambiante; amor, pues se trabaja con personas, a las que hay que tratar con respeto, comprensión y paciencia, pero también con firmeza, para desatar su potencial; y Magis, que implica el siempre buscar y dar lo mejor.
Asimismo, recalca que el ejercicio de autoridad se debe ver siempre como un servicio, en el que hay que privilegiar la cura personalis (el cuidado de las personas) en modo de acompañamiento, no de imposición, con diálogo, libertad y mutua confianza. Actitud que, asegura Orozco Hernández, permitirá sumar fuerzas y alcanzar tanto el bien individual como el bien colectivo, así como afrontar los retos del futuro.