Por el camino zigzagueante que es la vida muchas veces nos enfrentamos a la adversidad que nos lleva a vivir en penumbra y desazón, entre alegrías y tristezas inusitadas transcurren los años que como el agua se deslizan por entre los dedos.
Tras planteos existenciales y filosóficos, pinceladas de color y formas esculpidas la vida “transcurre” y se va forjando esta obra, con cada suspiro, cada vivencia, con cada lágrima y cada sonrisa se llenan de palabras sus hojas; como sangre derramada de las venas.
Por momentos las palabras se tornan tan gráficas que la experiencia se hace cruelmente vivida, el viento azota al lector y la hambruna se siente en el vientre. Otros, la desesperanza hace su aparición sin proyectar un final feliz, pero si casi poético, y hasta a veces excéntrico.
En un momento donde el cansancio y el hastío dominan a la sociedad, los planteos de querer abandonar todo para ir a la conquista de nuevos horizontes se hacen presentes constantemente…llevando la pesada mochila del pasado y suficiente ilusión aferrada a los deseos más increíbles para el futuro, hundiéndose en lo más profundo del subconsciente.
Como notas musicales que suenan a lo lejos en medio de un caos, los dejo para que disfruten esta obra cuya introspección entre cuentos es inevitable, tales como el dolor y el caos, compañeros leales de nuestra existencia.