En el transcurso de las dos últimas décadas, las escuelas tamaulipecas de nivel básico han presenciado un aumento significativo en el número de estudiantes con antecedentes migratorios, estos poseen una amplia gama de perfiles entre los que se encuentran: poblaciones migrantes de retorno de los Estados Unidos de América, migrantes interno que incluyen poblaciones indígenas de comunidades rurales, y migrantes provenientes de Centroamérica y Sudamérica. Por lo tanto, las aulas de las escuelas primarias de Tamaulipas gradualmente se han convertido en sitios donde convergen múltiples experiencias de vida, culturales y lingüísticas que suelen mantenerse invisibilizadas. Los datos de carácter etnográfico presentados en este libro muestran profesores ocupados en preservar el bienestar de los niños que reciben en sus aulas; y niños para quienes la escuela significa su única oportunidad de crear un sentido de valía, pertenencia y aceptación. También se pone de manifiesto que las políticas educativas de rendición de cuentas, la excesiva carga administrativa y las ideologías nacionalistas promovidas a partir de un currículo único, representan obstáculos para la preservación del bagaje cultural y lingüístico que poseen los niños migrantes cuando intentan incorporarse al entorno social, cultural y educativo que los recibe.