La «Fábula de la ninfa Calixto y el dios Júpiter» es la obra literaria primera y, que sepamos, postrera de Diego de la Cueva y Aldana. Adolescente en 1651, momento de la publicación de esta rareza bibliográfica, Cueva y Aldana, que formaba parte del entorno del noveno duque de Medina Sidonia, el frustrado 'rey del Andalucía', llegaría con el tiempo a ser obispo de Valladolid. Su «Fábula» adapta la anécdota etiológica de Ovidio, en la que, recuérdese, Júpiter seduce bajo la forma de Diana a la hermosa Calixto, miembro del séquito de la castísima e iracunda diosa de las tres caras. Cuando esta se apercibe del inopinado embarazo de Calixto, expulsa de su cortejo a la ninfa, que se ve obligada a dar a luz a su hijo Arcas en la más absoluta soledad. La vengativa Juno culpa del desliz, cómo no, a la desafortunada Calixto, y la convierte en osa. Separada de su hijo durante lustros, Calixto y Arcas vuelven a encontrarse cuando este es adolescente y cazador. Júpiter, para evitar que se maten accidentalmente entre sí, convierte a Calixto en la Osa Mayor y a Arcas en la Osa Menor. Juno no puede soportar ver a su rival elevada a los cielos y, con escasa lógica, pide a Tetis que repudie a Calixto y su hijo, con lo que ambas constelaciones se mantienen siempre, desde el punto de vista de los habitantes del hemisferio norte, sobre la línea del horizonte marino, es decir, a la vista.