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Pelos

  • Elizabeth Alvarez Josécompartió una citael año pasado
    Definirse

    Cuando digas que te peinas, di que te resumes. Qué es peinar sino resumir, condensar millares en coletas. Abreviar el pelo y abreviar el pensamiento y creer en el más allá que es un tupé muy alto aunque no sé si muy práctico. Te peinas cuando dices hola y no besas. Te peinas a la hora de cruzar la calle, cuando en vez de mirar los coches y las motos y todas las reverberaciones de luz en todas las carrocerías, miras solo el color del semáforo. Peinar es armar una estantería donde hubo tornillos, brocas, perforaciones, baldas, anclajes, un vecino gritando que dejemos de hacer ruido. Porque me peino me soportan a veces y a veces no me soporto. Peinarse es, al fin y al cabo, morir un poco.
  • Elizabeth Alvarez Josécompartió una citael año pasado
    Bendigo al que me abandona, al que no me conoce, al que no conozco. Bendigo al que soñé porque no existe y porque puedo seguir soñándolo. Al que me ignora, no, a ese no lo bendigo.
  • Ana Saenzcompartió una citahace 3 años
    Introduce el peine en su cabello. Se tropieza con un nudo. Después de varios tirones, desenreda el desenlace.
  • Ana Saenzcompartió una citahace 3 años
    Un pelo cae sobre la baldosa del baño y se convierte en una espiral de letras, en una serpiente de palabras que arman un cuento. Desde entonces, la mujer cuida y ordena su cabello con la misma pasión con la que conserva su biblioteca.
  • Ana Saenzcompartió una citahace 3 años
    Me quiere mucho, poquito, nada. La puta margarita deshojada mil veces. Porque aunque me quieras o no me quieras, soy yo la que se trasquila el pubis en esta noche negra. Porque aunque sé que me quieres y sé que no me quieres y sé que no te quiero, me aferro a esta flor donde te arranqué el deseo y me arrancaste las ganas.
  • Ana Saenzcompartió una citahace 3 años
    En cuanto vi cómo cerraban su ataúd, cogí mi bastón y caminé hacia ella. Por todos los cielos, habían encajado con tal descuido la tapa que le habían pillado la melena. Esos cabellos que yo había peinado mil veces colgaban por fuera como un insulto. Estoy seguro. Nadie amó a esa mujer como yo. Ni su marido, ni sus hijos, ni ninguno de los que andaban por ahí. Charlaban y charlaban y no solucionaban nada. Con discreción, llegué al féretro, tomé su melena blanca con las dos manos y la recogí. Temblé al tocarla. Ella suspiró. Por última vez, nadie se dio cuenta.
  • Ana Saenzcompartió una citahace 3 años
    Consulté con la almohada y me casé con el hombre adecuado. Dejé que escogiera mis amigos, el nombre de mi hija, mi amante. Seguí sus consejos hasta que anoche, cuando le pregunté de qué color teñirme el pelo, me dijo «blanco». Soy joven, y más que un tinte, necesito otra almohada. En mi cabeza brota una cana.
  • Ana Saenzcompartió una citahace 3 años
    La que muestre su pelo recibirá cien azotes. La que muestre su piel, morirá. Ella se desnudó y se soltó la melena. Una melena tan espesa que solo fue condenada por la primera causa. Mejor, mucho mejor, desobedecer dos veces.
  • Ana Saenzcompartió una citahace 3 años
    Si me peino mucho, un florero. Si me peino poco, una bestia. Ato y deslazo mi cabello. Lo ato y lo deslazo, lo ato y lo deslazo. Rosas y cadenas.
  • Ana Saenzcompartió una citahace 3 años
    Sé que no puedo ser Papa ni cura ni obispo porque para ser Papa, cura u obispo hay que tener polla. Así son los asuntos del alma. Sé que no puedo casar ni bautizar ni dar la extremaunción al ser que en su último aliento, pronuncia el nombre de una mujer hermosa, pero puedo bendecir.
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