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Libros
María Iordanidu

Vacaciones en el Cáucaso

  • Penélope C.compartió una citahace 3 años
    Cuando insultas en ruso, tu alma se alivia. El insulto ruso es una catarsis y una terapia para los acomplejados. Dos palabras bastan para insultar a ancestros y descendientes hasta la séptima generación. Con cuatro ya se puede amenazar al prójimo de hacerlo un nudo y limpiarle el trasero con su propia nariz
  • Adán Delgadocompartió una citahace 2 años
    Y así, cuando Ana abrió los ojos, se encontró con que estaba en un cuarto con tres prisioneros de guerra austríacos: Frantz, Vánek y el buen soldado Švejk, que por ese entonces era desconocido en la mayor parte del mundo porque todavía no había tenido tiempo de inmortalizarlo su compatriota Jaroslav Hašek.
  • Penélope C.compartió una citahace 3 años
    Cuando el barco viró a la izquierda para adentrarse en el mar y puso la proa en dirección a Constantinopla, el sol llegó solo a su encuentro. La acarició, la calentó y le dijo: «¡Vive, Ana!».
    Y Ana vivió
  • Penélope C.compartió una citahace 3 años
    El terror rojo estalló avivándose por segundos. Así, de golpe. Y quien mandaba en el ejército era el Consejo Militar Revolucionario. La revolución no se iba a hacer con buenos modales
  • Penélope C.compartió una citahace 3 años
    Las cadenas de hierro que Hefesto forjó para Prometeo encadenado eran un juego de niños frente al aro de fierro que acogotaba a Ana y la mantenía prisionera en el corazón del Cáucaso del Norte. Tanto era así que Ana comenzó a sospechar que todo lo que estaba ocurriendo era culpa suya. Tenía la impresión de que el destino no quería
  • Penélope C.compartió una citahace 3 años
    El Cáucaso del Norte se incendió como un tupido bosque de pinos, y pisaras donde pisaras te quemabas; corrieras adonde corrieras para salvarte, nunca sabías si aquellos con los que te topabas eran Rojos o Blancos, o tal vez desertores presa del pánico (que ora peleaban del lado de los Rojos, ora de los Blancos), o si era la tripulación crispada de la flota del mar Negro que había hundido los barcos a propósito para que no cayeran en manos de los alemanes
  • Penélope C.compartió una citahace 3 años
    La cuestión agraria la solucionaban a su manera los soldados al volver del frente. Se repartían los latifundios, confiscaban las cosechas y los animales, se vengaban de los terratenientes. ¡Un desbarajuste era lo que se estaba viviendo en el campo
  • Penélope C.compartió una citahace 3 años
    Aquéllos ya no eran los soldaditos rusos de buen corazón que habían partido a la guerra cantando. Eran hombres llenos de rabia que llevaban un arma en la mano y que habían aprendido a matar.
  • Penélope C.compartió una citahace 3 años
    Cuando se encienden las estufas y los samovares, cuando tienes los pies enfundados en unas buenas botas de fieltro y el estómago lleno, el invierno ruso es precioso. Pero si no tienes todo eso, mejor que no hubiera invierno. Y peor aún cuando trabajas como un burro y no ganas nada porque los precios suben día con día, el rublo se deprecia, los víveres escasean.
  • Penélope C.compartió una citahace 3 años
    ça. Se enamoran de Sarah Bernhardt o de Oscar Wilde y se suicidan, o deciden practicar el ascetismo y se meten en un convento, o se vuelven anarquistas y tiran bombas por aquí y por allá
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