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Stefan Zweig

La estrella sobre el bosque

  • Carolina Villadiegocompartió una citahace 3 años
    dolor como el que tienen los niños asustados, cuando despiertan en la noche oscura e impenetrable y sienten que están por completo solos…
  • MrBANG#2Dr Anarevolies.compartió una citahace 2 años
    Que ni la más pequeña ola de su vida
  • MrBANG#2Dr Anarevolies.compartió una citahace 2 años
    Poco antes de la hora de la cena, acudió con sus pequeños ahorros a la floristería más selecta y compró flores exquisitas que en su espléndido colorido le sugerían palabras: tulipanes del color del oro fogoso, que eran como la pasión; crisantemos blancos de amplia corola, como sueños luminosos y exóticos; finas orquídeas, las imágenes estilizadas del deseo, y unas soberbias rosas embriagadoras.
  • MrBANG#2Dr Anarevolies.compartió una citahace 2 años
    Luego los viajes incesantes, las dificultades por el sueldo, los proyectos, una y otra vez fracasados, hasta que la gran oleada negra, que llamamos el destino, quebró su orgullo y lo dejó abandonado en un puesto indigno.
  • MrBANG#2Dr Anarevolies.compartió una citahace 2 años
    Y los sueños de seres como él son como barcas sin timón, que van a la deriva presas de una voluptuosidad fluctuante sobre aguas silenciosas y espejeantes, hasta que de pronto su quilla choca con una sacudida seca en una orilla desconocida.
  • MrBANG#2Dr Anarevolies.compartió una citahace 2 años
    Un amor sin reflexión, que sólo sueña y no piensa.
  • MrBANG#2Dr Anarevolies.compartió una citahace 2 años
    François, el dúctil camarero del gran hotel de la Riviera se inclinó aún más, para
  • Verocompartió una citahace 2 años
    Era el vértigo de un ser sencillo, un sueño embriagador y narcótico en medio de una vida fría y monótona. Y los sueños de seres como él son como barcas sin timón, que van a la deriva presas de una voluptuosidad fluctuante sobre aguas silenciosas y espejeantes, hasta que de pronto su quilla choca con una sacudida seca en una orilla desconocida.
  • Carolina Villadiegocompartió una citahace 3 años
    Y, sin embargo, fue uno de esos segundos que abarcan miles de horas y de días llenos de júbilo y tormento, como el vigor vehemente de los grandes y fragorosos robles con todas sus ramas que se mecen y sus copas que se inclinan está contenido en un solo granito de semilla.
  • Juan Duráncompartió una citahace 4 años
    Ni ella misma sabía por qué. Una sensación misteriosa la invadió. Sintió una presión sorda y dolorosa. Un dolor repentino, inexplicable y angustioso se apoderó de su corazón. Creyó que iba a asfixiarse en el vaho turbador y cálido de las flores. Y ese aterrador dolor no cedía, sentía cada vibración de las ruedas veloces, la ciega marcha hacia delante la martirizaba indeciblemente La asaltó un deseo fulminante de parar el impulso acelerado del tren, de detenerlo ante el oscuro dolor hacia el que se precipitaba.
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