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Libros
August Strindberg

Comedia onírica

  • Jimena Maraldacompartió una citahace 4 años
    No ves que esta gruta tiene forma de caracola? ¡Claro que lo ves! ¿No sabes que tu oreja tiene la forma de caracola? ¡Lo sabes, pero nunca has pensado en ello! (Coge una caracola de la playa.) ¿No te has llevado de niño una caracola a la oreja y has oído… el susurro de la sangre de tu corazón, el rumor de tus pensamientos en el cerebro, la rotura de miles de hilillos desgastados en los tejidos de tu cuerpo?… Si oyes todo eso en una pequeña caracola, ¡imagínate lo que se puede oír en esta tan enorme!…
  • Jimena Maraldacompartió una citahace 4 años
    CARBONERO 1.— Y sin embargo somos nosotros los cimientos de la sociedad: si no les trajésemos carbón se apagaría la lumbre de la cocina, la chimenea del salón, se pararían las máquinas de las fábricas: se apagaría la luz de las calles, la de las tiendas, la de los hogares: la oscuridad y el frío se abatirían sobre ustedes, por eso sudamos como demonios para traerles el negro carbón… ¿Y qué nos dan ustedes a cambio
  • Jimena Maraldacompartió una citahace 4 años
    LA HIJA.— ¿Por qué no hacen nada los hombres para mejorar su situación?…
    EL ABOGADO.— Lo intentan, sí, pero todos los reformadores terminan en la cárcel o en el manicomio…
    LA HIJA.— ¿Quién los mete en la cárcel?
    EL ABOGADO.— Los bienpensantes, todas las personas honradas…
    LA HIJA.— ¿Quién los mete en el manicomio?
    EL ABOGADO.— ¡Su propia desesperación al ver lo inútil de sus esfuerzos!
    LA HIJA.— ¿Y no se le ha ocurrido a nadie pensar que, por motivos desconocidos o secretos, las cosas están bien como están?
    EL ABOGADO.— ¡Sí, los que están en buena posición piensan siempre así!
  • Jimena Maraldacompartió una citahace 4 años
    No hay mar ni nada libre; los ricos se lo han repartido.
    LA HIJA.— Hasta el mar, el inmenso mar…
    EL ABOGADO.— ¡Todo! No puedes siquiera ir con un barco por el mar y atracar en el sitio más recón dito, sin que te apunten en un registro y te pongan una multa
  • Jimena Maraldacompartió una citahace 4 años
    Sin embargo, ¡vuelve a tus deberes o te denunciaré, y entonces tendremos que padecer todo el insufrible papeleo de la separación!
    LA HIJA.— ¿Regresar? A la estufa de hierro y a la olla de col, a la ropa de niño…
    EL ABOGADO.— ¡Claro! Hoy es día de colada, y por cierto tenemos que lavar todos los pañuelos…
    LA HIJA.— ¡Oh!, ¿tendré que volver a ocuparme de eso?
    EL ABOGADO.— La vida, toda la vida, no es más que eso, repeticiones… Mira al maestro de la escuela… Ayer lo promovieron a doctor, le impusie ron la corona de laurel y dispararon salvas en su honor, entró en el Parnaso y recibio el abrazo del monarca… Y hoy vuelve a la escuela a preguntar cuántas son dos por dos y así lo seguirá haciendo hasta que se muera… ¡Anda, ven, regresa a tu hogar!
    LA HIJA.— ¡Prefiero morir!
  • Jimena Maraldacompartió una citahace 4 años
    De manera que todo lo que anoche era hermoso, agradable, ingenioso, hoy por la mañana aparece feo, repugnante, estúpido en el recuerdo. El placer se pudre y la alegría se desmorona. Lo que los hombres llaman éxito es siempre causa del subsiguiente fracaso. Los éxitos que coseché en mi vida fueron también mi perdición. Los hombres tienen un horror instintivo al bienestar de los otros. Les parece injusto que el destino te favorezca y por tanto, para restablecer el equilibrio, se encargan de ponerte piedras en el camino. Tener talento es peligrosísimo, porque lo más fácil es ¡que te mueras de hambre!
  • Jimena Maraldacompartió una citahace 4 años
    EL ABOGADO.— Pues ¡así es! (Va hasta LA HIJA.) Ya has visto casi todo, pero aún no has probado lo peor.
    LA HIJA.— ¿Y eso qué puede ser?
    EL ABOGADO.— ¡Las repeticiones!… ¡La reiteración!… ¡Volver atrás! ¡Repetir una asignatura suspendida!… ¡Vuelve!
    LA HIJA.— ¿Adónde?
    EL ABOGADO.— ¡A tus deberes!
    LA HIJA.— Y eso ¿qué es?
    EL ABOGADO.— ¡Todo lo que te horroriza! Todo lo que no quieres hacer, pero estás obligada a hacer. Es renunciar, sacrificarse, privarse, aguantar… es todo lo desagradable, repelente, doloroso…
    LA HIJA.— Y ¿no hay deberes agradables?
    EL ABOGADO.— Se vuelven agradables una vez cumplidos…
  • Jimena Maraldacompartió una citahace 4 años
    Mi felicidad es tan inmensa que desearía morirme…
    LA ESPOSA.— Morirte, ¿por qué?
    EL ESPOSO.— Porque en la felicidad siempre crece la semilla de la desgracia. La felicidad se consume a sí misma como la llama… no puede arder eternamente sino que se apaga y esta premonición del inevitable final aniquila la felicidad en su cenit.
    LA ESPOSA.— Muramos pues los dos juntos, ¡ahora mismo!
    EL ESPOSO.— ¿Morir? ¡Sí, mi vida! ¡Porque me da miedo la felicidad, esa pérfida!
    Van hacia el mar
  • Jimena Maraldacompartió una citahace 4 años
    Lo peor que hay después de ese maldito dos por dos es volver a la escuela cuando uno no solo ha sido aprobado, sino promovido a doctor, hacer las mismas preguntas hasta la muerte…
  • Jimena Maraldacompartió una citahace 4 años
    LA HIJA.— ¡Amor mío! Me muero en este aire enrarecido, en este piso con vistas a un patio interior, con estos gritos de niño que no cesan en horas, sin poder dormir, con toda esa gente de ahí fuera que no cesa de lamentarse, pelearse y acusarse… ¡Yo aquí dentro me muero!
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