¿Bastaría con el placer para que él la perdonara?
Max Case estaba empeñado en tener a Rachel Lansing como secretaria y zanjar la aventura inacabada que habían empezado cinco años atrás, cuando ella le ocultó que estaba casada y lo abandonó para volver con un marido al que no quería.
A Rachel todo le parecía un chantaje, pero las desorbitadas exigencias económicas de su exmarido la obligaron a aceptar la oferta de Max para salvar su agencia de colocación. Accedió a ser su secretaria y la pasión no tardó en volver a prender entre ellos. Pero el fuego amenazaba con arrasar sus defensas y exponer los secretos que con tanto celo había ocultado.