Libros
Laura Sofía Rivero

Dios tiene tripas

  • Francisco Ingelbertscompartió una citahace 2 años
    Hay un momento en que un billete de veinte pesos vale menos que una moneda de cinco: cuando quieres entrar al baño público y el mecanismo de la puerta solo acepta morralla.
  • ambartrujillorcompartió una citahace 9 meses
    Ácido e irritante, el alcohol no es buen amigo del intestino. El tracto digestivo lo reconoce como una amenaza y se propone desecharlo sin perder tiempo. Por eso en las celebraciones, la multitud se reúne para ingerir, pero también para evacuar. Las fiestas son congregaciones de las vísceras.
  • Ivonne Acostacompartió una citael año pasado
    Quien decide no existir para los otros es un cínico o es un loco. Quizá haya una manera de pertenecer al mundo y conservarse fuera de él. Ojalá alguien, pronto, encuentre la manera.
  • Sahori Pachecocompartió una citael año pasado
    Quien pronuncia lo que nadie nombra comete un pecado capital: el del mal gusto. La adultez es un oficio de soslayo, la continua aspiración a lo invisible.
  • Alejandra Arévalocompartió una citael año pasado
    La escritura de lo asqueroso es difícil de digerir. ¿Por qué querríamos leer sobre suciedades si con ahínco fabricamos eufemismos, escondemos desagües bajo el piso y diseñamos casas que separan los desechos? Durante siglos nos hemos afanado en el ocultamiento. Quien pronuncia lo que nadie nombra comete un pecado capital: el del mal gusto
  • Paola F.compartió una citahace 2 años
    las certezas son, más bien, inestables.
  • Ana Berrospecompartió una citahace 2 años
    La limpieza no suprime la inmundicia.
  • Francisco Ingelbertscompartió una citahace 2 años
    el primer inodoro fue inventado para la reina Isabel I de Inglaterra quien no soportaba el terrible olor de sus excreciones. Muchos cuentan que su repulsión llegaba al punto de aguantarse sus regias ganas con tal de no dañar su olfato sensible
  • Francisco Ingelbertscompartió una citahace 2 años
    Convertir la necesidad en un negocio ha llevado a los propietarios a la creación de un oficio inadmisible: el dispensador humano de papel. Me refiero a esa señora o señor cuya labor no solo consiste en cobrar el importe al usuario sino en darle cinco cuadritos
    contados con minucia. Los banqueros de papel higiénico no admiten excusas: cinco y se acabó
  • Mariana Aguilarcompartió una citael mes pasado
    Nuestro cuerpo jamás ha tenido dudas: la mente nació víscera y capricho.
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