La síntesis de los hechos son los siguientes: Carlos Mario es un hombre ejemplar que cumple con sus obligaciones laborales hasta alcanzar la jubilación. El ambiente familiar al lado de su compañera, es convulsionado pues ella mantiene la vida de bohemia que tuvo durante su juventud. Él la conoció en la cárcel durante su trabajo. Inician una vida con muchos altibajos y sinsabores que él logra soportar con sus extensas horas de trabajo. Por tanto, su contacto familiar se reduce a las horas que quedan después del turno. El problema se complica cuando Carlos Mario obtiene su pensión de jubilación y su permanencia en la casa es permanente.
Eso perturba las actividades de su compañera y de sus dos hijas, quienes deciden utilizar a sus amigos del bajo mundo para acabar con esa interferencia. Deben eliminar de sus vidas al compañero y padre para poder continuar su vida sin quien les vigile y controle. María Candela, a pesar de los años de convivencia con Carlos Mario, planea la forma como deben deshacerse de él y darle muerte ese domingo, después del regreso de una finca, cuando él acude a guardar su vehículo en el parqueadero. Allí parapetado lo esperaba el criminal contratado.
