La última vez que revisé me odias —dijo Neil contra la boca de Andrew.
—Todo sobre ti —dijo Andrew.
Neil se levantó un poco.
—No soy tan estúpido como crees que soy.
—Y no soy tan inteligente como pensé que era —dijo Andrew—. Sé que es mejor no hacer esto de nuevo. ¿Tal vez es el rasgo autodestructivo en mí?
Si no fuera por ese de nuevo Neil pensaría que esto tiene que ver con la terrible conversación del miércoles. Neil revisó todas las explicaciones posibles tan rápido como pudo, desde los rechazados avances de Roland sobre los complicados problemas familiares de Andrew, pasando por los Foxes y Drake. La presión sobre su muñeca finalmente volvió sus pensamientos a donde tenían que ir. En una ocasión, Neil le había preguntado a Andrew si lo mataría si contaba algo. Debería haber sabido mejor que decir tal cosa después de ver las cicatrices de Andrew. Andrew casi se había suicidado tratando de aferrarse a Cass Spear, pero aun así la había perdido al final.
—No soy un sueño imposible —dijo Neil—. No voy a ir a ninguna parte.
—No te pregunté.
—Pregúntame —insistió Neil —o quédate lo suficiente para descubrirlo por ti mismo.
—Eventualmente me aburriré de ti.
—¿Estás seguro? —Preguntó Neil—. Se rumorea que soy bastante interesante.
—No creas todo lo que oyes.
Neil ignoró ese rechazo porque Andrew ya lo estaba derribando de nuevo. Se besaron hasta que Neil se sintió mareado, hasta que no estuvo seguro de poder sostenerse más, y luego Andrew retiró la mano de Neil de la silla de puff. La mantuvo lejos de ellos por una eternidad, luego la presionó lentamente contra su pecho y la soltó. Andrew se tensó debajo de la mano de Neil, pero se relajó antes de que Neil pudiera alejarse.
Neil no fue engañado. Andrew lo dejó muy claro la primera vez que besó a Neil, lo importante que era un sí real. Esta rendición informal no era un consentimiento genuino. Andrew estaba haciendo esto por lo que habían dicho el miércoles, pero Neil no estaba seguro de cuál de ellos intentaba convencer. Habían pasado solo tres meses desde el abuso de Proust y cuatro meses desde el ataque de Drake. Neil no sabía cuándo Andrew estaría bien con esto, pero sabía que no era hoy. Neil dejó su mano sobre Andrew, pero se negó a moverla desde ese lugar.
—No seré como ellos —dijo Neil—. No dejaré que me dejes.
—Ciento uno —dijo Andrew —yendo a ciento dos.
—Eres un terrible mentiroso —dijo Neil, y Andrew lo besó en silencio.