La obra que el lector tiene en sus manos plantea una cuestión clave, los estudiantes como un sector de la juventud mexicana configuran una categoría
social, por derecho propio, lleno de aporías y desafíos para la inclusión, la organización
y la participación en el espacio público, como lo es la institución educativa,
espacio único para aprender a vivir con los otros, con la intención de colaborar y convivir con otras personas diferentes, pero iguales a nosotros. En esta circunstancia en la que una pandemia nos ha confinado al aislamiento,
queremos ser ciudadanos libres, críticos y responsables para pensar y actuar
sobre la llamada “nueva realidad”.
Una forma de comprender lo que piensan los jóvenes de la cultura civil, la cultura
política y la ciudadanía es por medio del conocimiento de lo que ellos
interpretan de su inserción como ciudadanos que han cumplido la mayoría de edad, mediante su participación en las elecciones presidenciales del 6 de julio
de 2018, y específicamente, en las relaciones que establecen en su vida diaria
con las diferentes figuras de poder en las instituciones públicas y privadas en las que participan.
Las representaciones sociales constituyen una forma de conocimiento informado, que auxilian para comprender de una manera racional, lógica y coherente las construcciones sociales de los estudiantes de bachillerato de diversas
instituciones educativas de la región oriente de la Ciudad de México, que se caracterizan por ser personas informadas, a través de diferentes medios
electrónicos y redes sociales, como en las sociedades modernas.
La presente obra plantea la posibilidad de un aporte que contribuya al debate
sobre el sentido de la participación política de los jóvenes, convencidos de que esta categoría no agota la complejidad de garantías y necesidades que demandan los jóvenes, con proyección en un horizonte cercano.
