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Adriana Carreño Castillo

Una carta para Luciana

  • Josué Osbournecompartió una citael año pasado
    Las cartas difíciles son frías y blancas; las del perdón son largas y a veces confusas; las de despedida siempre se quedan, son las que más duran, las eternas
  • Josué Osbournecompartió una citael año pasado
    Luego confiesa que si ella pudiera encontrar un trabajo escribiendo cartas de amor cada día, dejaría de escribir novelas. Quizás lo haría gratis, aunque es cierto que solo cuando hay una urgencia que necesita ser dicha la carta llega al corazón de quien la recibe, de otra forma sigue siendo ficción. Ella cree que las cartas dicen mucho de los sentimientos de quien las escribe: las cartas más ordenadas hablan del esmero; las que se guardan en un sobre cerrado, con cuidado, esconden secretos; las que revelan los olores de la piel son cartas nerviosas que han pasado del cajón a las manos, de las manos al cajón, impregnadas del sudor que se convierte en la duda de ser reveladas.
  • Josué Osbournecompartió una citael año pasado
    Tengo la misma sensación que cuando estoy a punto de dormirme y el mundo no deja de ser real mientras se desvanece; no es el sueño. Las cosas se doblan y se caen en las puntas.
  • Josué Osbournecompartió una citael año pasado
    Ser transparente para los demás es bueno. Solo soy el que inventa las cartas, el que las escribe, un escritor por encargo como a veces es mamá.
  • Josué Osbournecompartió una citael año pasado
    NO ENTIENDO para qué las vacaciones si los profes no soportan que dejemos de pensar en ellos y en sus clases, ni siquiera en Semana Santa. Tengo dos tareas de Inglés y una de Ética, cuando papá las vio en mis cuadernos dijo que los profesores a veces tenían que pedirle a sus estudiantes que los ilustraran sobre lo que ellos mismos no sabían, para eso ponían tareas. Luego me cerró el cuaderno y dijo que él me ayudaría. Me encanta hacer las tareas con papá porque siempre sabe en qué libro encontrarlas
  • Josué Osbournecompartió una citael año pasado
    Los niños en el pasamanos miran hacia mi ventana y no me ven tras la cortina. Luciana está ahí sin imaginar que pensé tanto en las palabras para su carta, sin saber que en poco tiempo la tendrá en sus manos y tal vez temblará como yo cuando la releo
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