Una visita inesperada

Nora, era una chica de un pueblo de la campiña de Jaén, Santiago de Calatrava. Le encantaba la decoración de muebles antiguos, la pintura, todas las artes. Así, que al salir del instituto, estudio Bellas Artes. En el último curso obtuvo una beca Erasmus y pidió estudiar su último curso en Florencia. Estaba muy entusiasmada porque pudo ir a esa ciudad de las artes y allí, conocería a su mejor amiga para toda la vida, Valentina, una chica de Roma, con la que compartió piso ese año. Valentina. era una chica de familia a acomodada, pero ellas eran como hermanas. Al volver de Florencia, Nora buscaba trabajo, no perdió contacto con ella e hizo un curso de paisajismo, cuando su amiga Valentina la llamó en unos meses para que se mudara a Florencia para trabajar para ella. Había montado una empresa de restauración y reformas. Y a ella, le ofrecía reformar casas antiguas, iglesias… ya tenía a otros tres trabajadores para restaurar y pintar antigüedades. Y ni corta no perezosa se fue en menos de una semana, se alquiló un pequeño apartamento y empezó a trabajar para ella. Llevaba cuatro años trabajando allí cuando en plena Toscana, en una casa que reformaba para un chico médico que estaba en Angola apareció inesperadamente antes de terminar el trabajo y tuvo que convivir dos meses allí en la casa con él. Piero era médico, era alto y era guapo y era rico, porque su abuela le había dado cuanto tenía. Era su único nieto. Tuvieron una relación que duró más aún porque restauró otra casa frente a la de Piero, pero esta relación se vio interrumpida por una chica que había estado con él en Angola, de Londres, rubia, alta y… Y la dejó a ella… Volvieron a encontrarse cuatro años después, en una casa de unos amigos de Piero que reformaba, cuando ella tenía un hijo de tres años y medio, Piero se había divorciado de la chica inglesa y supo que tenía un hijo y que podía ser suyo. Y…. la vio tan guapa….