cansada. Escribo desde el cansancio que es mi cuerpo. Muchas veces me han preguntado por el secreto para dedicarse de lleno a la escritura. Respondo que lo mejor es conseguir una manera de ocupar todo el tiempo posible en leer, escribir, contemplar y hacerse preguntas, pero sin dañar el cuerpo. Ojalá viviéramos en un mundo donde crear no implicara sacrificar otra cosa. Ojalá pudiera ser un goce, y no la encrucijada de malestares que parece un rito de iniciación para dedicarse a las artes, al menos en este país.