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Libros
Miguel Ángel Hernández

El don de la siesta

  • XRicardo CartasXcompartió una citahace 2 años
    La casa, el tiempo y el cuerpo, entretejidos. La siesta como regreso, como resistencia, como reencuentro con algo que creíamos perdido. La siesta como un arte de la interrupción.
  • XRicardo CartasXcompartió una citahace 2 años
    Una protección ingenua: la creencia de que nada malo puede sucedernos mientras sigamos durmiendo la siesta.
  • Nast Huertacompartió una citael año pasado
    La siesta como trinchera, como espacio de desconexión con el exterior, pero también de reconexión con eso que esos meses, más que nunca, sentimos en peligro: la vida. Una especie de afirmación de que uno sigue vivo y que, aunque el mundo se esté derrumbando, algo ahí aún se mantiene. Una protección ingenua: la creencia de que nada malo puede sucedernos mientras sigamos durmiendo la siesta.
  • Irasema Fernándezcompartió una citahace 2 años
    El artista como puerta. Como acceso a la casa del cuerpo.
  • Irasema Fernándezcompartió una citahace 2 años
    The Artist is Present, como ese cuerpo inmóvil de Marina Abramovic, sentado durante horas, día tras día, en la performance que realizó durante su exposición retrospectiva del MoMA de 2010. Cuerpo soberano, dueño de su tiempo, inevitable.
  • Irasema Fernándezcompartió una citahace 2 años
    . Y el sueño, su límite. El movimiento y el letargo. Energía en reposo, como el título de una de las obras más conocidas de Marina Abramovic y Ulay, Rest Energy. Una performance de 1980 en la que Ulay apuntaba al corazón de Marina con una flecha cargada en un arco tensado que ella sostenía con una mano. Abramovic ha afirmado más de una vez que es una de las piezas más difíciles que ha realizado jamás. Por la fuerza y la tensión, pero también por el riesgo, por la toma de conciencia de que su vida estaba, literalmente, en las manos de Ulay.
  • Irasema Fernándezcompartió una citahace 2 años
    He escrito sobre la siesta, sobre el cuerpo y el tiempo, pero también sobre la casa. La que se ha ido y la que ha llegado. La casa del pasado y la del futuro. Siento que un ciclo vital se ha cerrado. Estas notas han ayudado a clausurarlo. Este libro breve, corto como una siesta. Una siesta de escritura.
  • Irasema Fernándezcompartió una citahace 2 años
    Antes de cerrar los ojos, pienso en mi sobrino durmiendo en su casa. Lo concibo así: durmiendo en «su» casa. Siento por primera vez que ese lugar ya no me pertenece. Pero también intuyo que no lo he perdido del todo. La casa de la infancia permanece ahí, en la memoria. Pero esa memoria ahora se ha renovado. Mi sobrino y su familia la han llenado de un porvenir que ya no tenía. Porque la casa era solo pasado. Y ahora también es promesa. En el fondo, es un don. Un regalo para la casa. Volverla a habitar. Y crear un futuro. El de la felicidad venidera. El de todas las siestas por dormir.
  • Irasema Fernándezcompartió una citahace 2 años
    Mientras comemos y reímos, no puedo quitarme estos pensamientos de la cabeza. Y a pesar de eso todo es alegría. Siento que esa reunión es un don. La familia, de nuevo, en ese lugar que creía perdido y que ahora ha regresado.

    Me había negado a volver durante un tiempo porque imaginaba que la tristeza y la desolación que sentí cuando vi las imágenes de la demolición me volverían a atravesar. Pero ahora compruebo feliz cómo el pasado se renueva. La casa de la memoria se hace presente y también futuro.
  • Irasema Fernándezcompartió una citahace 2 años
    Estoy ahí, en la casa de mi sobrino, pero también estoy en la casa de hace veinte años. Pienso en el Doctor Manhattan de Watchmen, en la posibilidad de experimentar una multiplicidad temporal. E imagino que tal vez algo de este futuro que ahora sucede también alcanzó a aquel pasado. Quizá en aquella mesa, en aquellas comidas, latía ya este momento. Todo lo que experimento ahora. Es probable. Por eso también entonces había melancolía. La intuición de la pérdida por venir.
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