Deberías haber estado aquí conmigo, pensé. Deberías estar vistiendo un traje y sentándote en esa silla vacía a mi lado y negándote a bailar cada vez que te lo pido. Deberías estar aquí haciéndome reír y burlándote de mis lágrimas en la ceremonia y con un aspecto tan bueno que no puedo quitarte las manos de encima. Deberíamos estar juntos.