En el 2018 la anemia en San Martín afectó al 50.1% de los niños menores de 6 años y mayores de 36 meses y en el 2017 llegó al 50.7%, cifras que no se veían desde hace varios años.
Uno de cada dos niños en San Martín está en peligro de caer en la garras de la Desnutrición Crónica Infantil de la que difícilmente se regresa, y aún sin llegar a ese extremo la anemia mellará inexorablemente en sus potencialidades. En distintos niveles de gobierno se siguen aplicando las mismas “soluciones” utilizando en el proceso grandes cantidades de recursos sin resultados sostenibles en el tiempo. Como decía Albert Einstein: “locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando resultados diferentes” y eso es básicamente lo que se está haciendo en este momento, una locura.
Hay un serio problema de enfoque que no incluye el punto de vista natural para mantener una buena salud en la población y para la obtención de micronutrientes básicos como el Hierro, en su lugar se prefieren utilizar suplementos concentrados que han dado resultados en estudios en otros lugares y bajo estrictos controles de administración, imposibles de lograr en campo. A pesar de tener exitosas distribuciones y disponibilidad en San Martín, los multimicronutrientes no inciden sobre los niveles de anemia de los niños observándose de hecho que a mejor disponibilidad hay más anemia.
El problema de fondo es que no se trabaja la anemia en forma preventiva, articulada e incluyendo otros sectores como el productivo que tiene gran incidencia en la contaminación ambiental con parásitos. En algunos lugares los niños se reinfectan a los siete días, luego de haber sido desparasitados. En esas condiciones es imposible mantener a un niños bien nutrido.
En este libro, se analizan los factores no contemplados hasta ahora y se ofrecen alternativas para cambiar las tendencias hacia un futuro sin anemia.
