Es el día de la inauguración de la Torre Mundial, el edificio más alto del mundo, un asombroso rascacielos de acero y cristal de 125 pisos, situado en el distrito financiero de Nueva York, que empequeñece a las vecinas torres gemelas del Centro de Comercio (World Trade Center). Pero esa misma mañana se descubre un hecho inquietante: aparecen copias de órdenes de cambio falsificadas que indican que se han alterado las especificaciones del sistema eléctrico del edificio, sustituyendo los materiales marcados por el arquitecto por otros más baratos, y eliminando medidas de seguridad para recortar costes. A pesar de ello, empieza a celebrarse la esplendorosa fiesta de inauguración, a la que asiste más de un centenar de invitados VIP. En una habitación del cuarto piso, brota accidentalmente un pequeño fuego que, si todo hubiera funcionado bien, habría sido sofocado inmediatamente por los rociadores. Pero un vengativo ex empleado de la constructora se ha infiltrado en el sótano y ha colocado una bomba. La explosión inutiliza todo el precario sistema eléctrico del rascacielos, y el fuego empieza a extenderse sin control, mientras en la Sala de la Torre, en el último piso, sigue la fiesta.
