El asedio a la libertad

En síntesis, la aparente buena intención de entronizar a uno solo de estos soldados, el sargento primero Felipe Lapatria, terminó opacando el aporte de decenas de hombres que en mayor o menor medida fueron fundamentales para que Carmen de Patagones fuera creciendo social y económicamente. En ese sentido parece doblemente injusto que, además de haberles impuesto un nombre cristiano anulando su historia ancestral, ni siquiera ese nuevo nombre perdure en la historia de Patagones. Esperamos con este trabajo comenzar a saldar esa deuda.

La historia de la población africana y afrodescendiente de Carmen de Patagones aparece indisolublemente ligada a la militarización de aquellos jóvenes africanos arribados a las costas del río Negro en 1828, luego de que una nave corsaria cambió sus vidas para siempre.

Los testamentos explorados manifiestan esas relaciones cercanas entre sirvientes y patrones hacia 1854 en adelante, cuando observamos que estos sirvientes trabajan en la casa del patrón pero hay un vínculo que supera la instancia laboral. También se advierte una supuesta gratitud por los servicios prestados que terminan siendo compensados en los testamentos

A pesar de ello los testamentos siguen manifestando la importancia que los esclavos representaban en la economía interna de la casa de los amos-propietarios. Los testamentos constituyen un mecanismo jurídico al que recurren los amos para manifestar su dominio de propiedad en una coyuntura de cambios de mentalidad a raíz del abolicionismo; incluso constituyen un documento en el que es posible encontrar pistas del despojo64 generado por el gobierno con relación a la esclavitud.

Esta categoría estética producto del mundo occidental es imposible de ser asumida como anecdótica o sin carga ideológica pues forma parte de un relato colonialista, que quita todo relieve histórico a los individuos representados, instaurándose como una visión naturalizada de sus existencias.

En otro escrito hemos señalado que estas representaciones costumbristas de los oficios desarrollados por los afroporteños proponen una versión higienizada del oficio y opacan el vínculo con el mundo del trabajo.

el Manual permite alertar sobre la centralidad que esclavitud y raza como tópicos tuvieron en los diálogos interamericanos y transatlánticos a lo largo del siglo XIX. Asimismo, ilumina el lugar de la revolución haitiana como experiencia radical que impulsó propuestas, miedos e ideales más allá de lo hasta entonces pensado, y más allá de sus fronteras.

El Manual y sus editores –quebrando el silencio que solía predominar en torno a los procesos de racialización y subalternización vigentes– apelaban explícitamente a esas clasificaciones raciales, pero para combatir la jerarquización. Por un lado, las nombraban, volviendo evidente su presencia, su existencia. Por otro lado, nombraban esa alteridad, pero para proponer su integración. El Manual fue así uno de los pocos discursos que realizaron abiertamente una interpelación en términos raciales.

al mismo tiempo que el Manual proponía esta política de reducción de la alteridad, de homogeneización, presentaba una tercera cara: ofrecía relatos e imágenes que dignificaban a la población africana de modo que no era usual en el contexto rioplatense contemporáneo. África devenía en sus páginas una tierra digna de recordar, de concitar saudades, de engendrar grandes hombres, e incluso santos.

La educación conforma un aspecto central de la construcción de las sociedades. A través de ella se inculca a las nuevas generaciones los valores sociales y culturales considerados apropiados y relevantes para la perduración de la sociedad. La separación de las niñas afrodescendientes en escuelas “de castas” o “de color” demuestra la difícil construcción de una república basada en el concepto moderno de igualdad, en sociedades que se habían fundado a partir de la desigualdad.