es en Platón, a mi juicio, donde el rito matricida fundacional encuentra su realización filosófica, aunque no quede cerrado todavía de un modo sistemático, lo cual permite, por un lado, que la metafísica de la muerte no se muestre en su forma definitiva, sino en los pasos lógicos cruciales de su elaboración, y, por otro, y precisamente por eso, que del desgarramiento del contexto afloren fácilmente huellas visibles del matricidio perpetrado.