¿Por qué no tengo pareja? y ¿por qué tengo la pareja que tengo?

cualquiera de estas combinaciones o alguna otra más lleva a que las parejas se vuelvan padres e hijos.
En primer lugar explicaré la conducta de aquél que ocupa la posición de padre o madre.
En esta relación existe uno que hace las funciones de adulto y otro de niño, un cuidador y el otro cuidado.
Aquel que se comporta como adulto, ya sea la mujer o el hombre, cuidará a su pareja ante las adversidades del mundo.
Mostrará el mundo desde su óptica y constantemente regañará cuando las cosas no las vea en forma adecuada, le dará instrucciones de cómo hacer las cosas, tal y como si fuera un niño; en este tipo de pareja vemos a alguno de los dos regañando al otro en público, también le castiga, le deja de hablar o le tortura con mensajes de “ya no te quiero”, o “no te querré si haces lo que yo no quiero” y como si fuera un entrenamiento, le dice “cómo te quiero” si hace algo bien.

Tener mucho trabajo

•Cosas pendientes que requieren atención

•Desear mayor convivencia con las amistades

•Búsqueda de espacios personales

•Anhelar la soltería

•Ruptura de la pareja y que exista cansancio y/o daño emocional

•Cambio de domicilio

•Declararse incompetente a las relaciones de pareja

Parece un remedio poco creíble, pero te garantizo que en el momento que sabes con detalle qué es lo que quieres y con congruencia, todo lo que está a tu alrededor te lleva a que encuentres eso que necesitas.
Esto parte de la lógica más elemental, como por ejemplo: ¿intentarías comprar mascotas en una panadería? Suena absurdo, pues a veces lo que hacemos es parte de este tipo de absurdos, buscamos como para no encontrar.

Haz una lista de cómo te gustaría que fuera tu pareja ideal, con detalles, en los siguientes aspectos:
•Físico
•Laboral
•Emocional
•Ocupacional
•Social
•Su familia
Las cosas que no tolerarías de tu pareja Las cosas que tú ofreces a la relación, en todos los aspectos antes citados Las cosas que no tolerarías hacer por tu pareja.

También recuerda que cuando llega el momento en que has decidido buscar a alguien, no significa que quieras encontrarle, sólo significa que decides buscarle.

invito a partir de hoy a que decidas tener buena suerte, o mejor aún, que aprendas a vivir entendiendo el orden perfecto de las cosas, es sencillo, recuerda lo que tanto has escuchado: después de la tempestad la calma llega y después de la calma indudablemente estará presente la tempestad y para asombro llegará la calma.

La buena o mala suerte la asociamos al momento inmediato de los sucesos, sin permitirnos observar que todo tiene que estar en equilibrio, y por lo regular visualizamos lo que no tenemos y deseamos: “Aquél tiene más que yo”, o “aquél o este tuvo más oportunidad”, “tiene más dinero”, “tiene la mejor escuela”, “ha viajado más”, “tiene la mejor pareja”, “es mejor persona”, “lo quieren más”, “lo admiran más”, etc.

¿Cuántas veces no hemos reprochado a la vida, a Dios o a quien se presente en nuestro camino, empezando por nuestros padres, hermanos o seres cercanos, el hecho de que no tenemos suerte?

Si por alguna razón has elegido ser la enfermera o enfermero de la familia, te invito a que reconsideres esta postura, pues al mismo enfermo le es más grato y de mayor apoyo para su recuperación o atención sentirse acompañado por varias y/o diferentes personas con quien pueda convivir, que con una sola con quien la plática sería probablemente repetitiva, pesada y monótona.

Vivir en el ayer impide estar en el aquí y ahora y darnos cuenta de todo lo que podemos sumar, sin restar.