bookmate game
Mariana Palova

La nación de las bestias. Leyenda de fuego y plomo

Avisarme cuando se agregue el libro
Para leer este libro carga un archivo EPUB o FB2 en Bookmate. ¿Cómo puedo cargar un libro?
  • Nayeli Cortéscompartió una citahace 2 años
    —Elisse… —murmura Hoffman, como si de pronto despertase de un largo letargo.

    Confundido, me acerco hacia ellos. Pero al verlos retroceder casi caigo de rodillas.

    Están a la defensiva.

    Un monstruo. Un monstruo. Un monstruo.

    —Monstruo… —repito sin poder evitarlo. Busco, con histeria, una forma de que dejen de ver la bestia en la que me he convertido.

    Tomo la gruesa chaqueta ensangrentada de Buck Lander y me la echo encima para cubrir mi desnudez.

    La vergüenza, la repulsión y el odio que siento hacia mí me empapa los ojos de lágrimas. No gimo, no grito, tan sólo dejo que ellos miren el monstruo que soy. La criatura de la que he intentado protegerlos todo este tiempo.

    Y lo único que veo en su mirada es miedo.

    Esa pesadilla que tanto temí se volviese realidad.

    💔👄💔 mi bebé🤧

  • Eugeniacompartió una citahace 5 meses
    —Elisse —susurra contra mi frente—. ¿Puedo besarte?

    Mi corazón termina por fundirse.

    Cierro los ojos, y mi nariz roza su barbilla cuando asiento.

    Entonces, el lobo, el hombre, el errante; todo Tared se vuelve mío al cerrar la distancia entre nuestros labios.

    Y me besa.

    Tared Miller, el hombre que he anhelado desde que puso un pie en mi vida, me besa
  • Eugeniacompartió una citahace 5 meses
    No importa por qué te marchaste, no importa por qué decidiste partir sin pensar en las consecuencias de tus actos. Lo único que importa ahora es que, a pesar de todo aquello, vuelvas a casa. Que vuelvas con tu familia. Que vuelvas conmigo
  • Eugeniacompartió una citahace 5 meses
    No —digo en voz baja—. Lo siento, pero tendrán que partir sin mí. No voy a regresar.

    Tared, por fin, se desmorona.

    —¡Maldita sea, Elisse!

    El hombre lobo me rodea con sus brazos y me atrae hacia su pecho. Hunde su rostro en mi cuello y me abraza con tanta desesperación que mis piernas se derriten ante el calor de su cuerpo, tibio contra mi corazón.

    —¿Cómo puedes pedirme que me marche, cuando lo único que he hecho en estos meses es no dejarte ir? —murmura contra mi piel;
  • Eugeniacompartió una citahace 5 meses
    Elisse, ¿a qué maldito sitio quieres que vuelva si mi hogar está aquí, frente a mí, cerrándome sus puertas y diciéndome que ya no me quiere más en su vida
  • Eugeniacompartió una citahace 5 meses
    Y en ese momento, Tared levanta su mano y despacio roza mi mejilla con sus nudillos. Abro los ojos de par en par ante su caricia, y mi corazón se revoluciona. Su tacto es dulce. Su piel es tibia.
  • Eugeniacompartió una citahace 5 meses
    un hueco que no sabía que estaba en mí —dice—. De hacerle saber que nunca más iba a estar solo. Creí que eso era lo importante, que era el papel que me correspondía como su guía, pero fue cuestión de tiempo darme cuenta de que él, curiosamente, también llenaba la soledad que yo mismo llevaba dentro. Me hizo reencontrarme con lugares que pensé que estaban muertos y me impulsó a hacer cosas que nunca creí que tendría la fortaleza de emprender. Y después de eso, después de que puso de cabeza mi mundo… se marchó. Y con eso destrozó una parte de mí que ya no volverá a ser la misma… Jamás.
  • Eugeniacompartió una citahace 5 meses
    Por qué me abandonaste y destruiste todas las ilusiones que tenía sobre nosotros.
  • Eugeniacompartió una citahace 5 meses
    Pero ese chico, él… Vaya, no podía percibir nada en él excepto un vacío. Una sobrecogedora soledad que desde el primer instante despertó en mí sentimientos que aún no he sido capaz de comprender en su totalidad. No porque no los conozca, sino porque me revolucionaron de una manera que no creí posible.
  • Eugeniacompartió una citahace 5 meses
    Siempre has sido un mocoso egoísta! —ruge, para luego soltarme de un empujón—. Eres impulsivo y terco, actúas sin importar a quién demonios te llevas en medio. ¡Ellos estarían vivos si no hicieras siempre lo que te parece más sencillo!

    A pesar del calor del desierto, todo parece helarse de pronto.

    Nashua enmudece y da un paso atrás.

    —Elisse —murmura—. Carajo, perdona, no quise…

    Ahora soy yo el que explota.

    —¡UNA… MALDITA SEA! —grito a todo pulmón—. ¡Habría dado cualquier cosa con tal de que “una” sola de las decisiones que he tomado en mi vida hubiese sido fácil! ¿Creen que quise largarme del único lugar del mundo donde me sentía a salvo? ¿Creen que quise pasar hambre y frío porque me parecía divertido? Si es así, ¡nunca debieron venir a buscarme!
fb2epub
Arrastra y suelta tus archivos (no más de 5 por vez)