En lugar de repetir una y otra vez a vuestras hijas que ellas son presas de caza, no digáis a vuestros hijos que ellos son los cazadores. En lugar de enseñar a vuestras hijas a callarse, intentad enseñar a vuestros hijos a escuchar. En lugar de prohibir a vuestras hijas que lleven minifalda, explicad a vuestros hijos que una minifalda no es una invitación al sexo. En lugar de obligar a vuestras hijas a taparse, explicad a vuestros hijos que una mujer es mucho más que un cuerpo»