Cierto es que en nuestra esponjosa región hay zonas que parecen más ficticias que otras: cerca de su mismo centro, en una explanada cubierta de hierba, vemos a la señorita Austen acompañada del personaje de Emma y a Thackeray sosteniendo la figura de Esmond. Pero no tenemos noticia hasta ahora de ninguna observación inteligente que defina esta región en su totalidad. Todo lo que podemos decir de ella es que está delimitada por dos cadenas montañosas que no se elevan abruptamente -las cordilleras de la poesía y de la Historia, una frente a otra obra- y que los límites de su tercer lado están marcados por ese mar que encontraremos al llegar a Moby Dick.