Desde hace más de quince siglos se transmiten en Centroeuropa tradiciones sobre el destino de Europa y del mundo. Son numerosos los hombres y mujeres, de muy distintas épocas, que han visto y anunciado un futuro posible que, en gran medida, ya ha ocurrido.
Sus predicciones eran señales de alerta, generalmente desatendidas, para que los europeos evitaran caer en los peligros que les anunciaban. En Los profetas del bosque, sus avisos siguen recorriendo los oídos de las generaciones que ahora pasamos y los de las que vendrán.