Hay momentos que nunca serán olvidados… Dolores, traumas, palabras regaladas al viento que nunca llegaron a destino, amores que no fueron. El invierno en el que me enamoré de la tormenta es la estela de cada uno de estos momentos.
Entre versos y reflexiones, nos adentramos en las entrañas de un pasado lleno de grietas, oscuridad y dolor, pero que con el tiempo supo ser luz, amor y florecer.
«Estamos hechos de instantes, fragmentos, que marcan nuestra vida». En este poemario la autora nos muestra fragmentos de su ser.