—¿Sabes? —seguí—. A veces... Me jode que la gente quiera callarte porque no piensas igual que ellos. Es simplemente una cuestión de respeto: yo respeto su opinión de mierda, o la ignoro, y todos contentos. Pero, cuando te sales del canon establecido, solo tienes dos opciones. O te amoldas a lo que piensa el resto o te acribillan con sus opiniones sin argumento.