Desde su experiencia como rector e hijo de san Ignacio, el padre Fernando Montes SJ se da a la tarea de reivindicar la calidad de la universidad como comunidad humanizante. Sin desautorizar las exigidas acreditaciones y publicaciones indexadas, el hermoso texto que nos regala desvela el carácter sapiencial con que se debe asumir el olvido del ser humano y la obsesión por el conocimiento fragmentado y utilitarista. Ante los profundos cambios culturales, que si bien implican algunos riesgos, a la vez conllevan grandes oportunidades que obligan a repensar la universidad.