Cada día merece una oportunidad

«Vive únicamente para la hora y su trabajo correspondiente… Dedícate con tesón a la tarea que tengas cerca… nuestro deber inmediato no es ver lo que se divisa tenuemente en el horizonte sino lo que se ve claramente a la mano».13

Tú también cuentas todavía con el día de hoy. No lo sacrifiques sobre el altar de la ansiedad.

Al fin de cuentas, «Este es el día que hizo Jehová; nos gozaremos y alegraremos en él» (Salmos 118.24).

La mayoría no lo tienen, pero… ¿por qué no intentarlo? Esos días también representan una oportunidad. Una sazón. Un experimento. Una audición. Un tiro de larga distancia. ¿Acaso cada día no merece una oportunidad para ser un buen día?