Nacido en el año de la gran peste, hijo de una lavandera sin marido que trabaja en un famoso monasterio francés, el joven Martín de Châtillon es enviado a Santiago para reparar los pecados de su aldea y evitar una nueva epidemia. En esos años del siglo XI está en pleno desarrollo el Camino Franco: cientos de peregrinos en marcha, docenas de construcciones nuevas, miles de peripecias al acecho. Valiente y astuto, aventurero e ingenioso, Martín ha de enfrentarse a una difícil supervivencia entre monjes dementes, fieles ingenuos, pícaras de religioso ofico, buscavidas y santos de toda condición; para ganarse su pan, él mismo se convierte en falsificador y mercader de reliquias, con la ayuda de un turbador y genial compañero de viaje. Variadas hazañas en el camino relacionan entre sí a inolvidables tipos, de obispos y reyes históricos a santas muy sospechosas. Hasta el mismo inquietante vértigo de la tumba compostelana. Traspasada no sólo de datos históricos, sino de huellas literarias clásicas, enorme fresco donde se mezclan gentes piadosas movidas por la fe con mendigos y pequeños profesionales, monjes codiciosos, anacoretas, mercaderes, embaucadores de toda laya, prostitutas, salteadores de caminos y muchas más especies de una inagotable fauna humana.
