Bernard Cornwell

Los señores del Norte

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  • b7163375360compartió una citahace 2 años
    Sesenta hombres puede que defiendan el muro, pero necesitaréis otros doscientos para mantener a esos sesenta en su puesto
  • b7163375360compartió una citahace 2 años
    La arrogancia lo es todo en un guerrero joven.
  • b7880554067compartió una citahace 2 años
    Pobre Willibald. La carta era tan larga que hubo que estirar, raspar y recortar otra piel de cordero.
  • b4320674141compartió una citahace 2 años
    es el secreto de una pelea de espadas. Seguir
  • b4320674141compartió una citahace 2 años
    No diré que no estaba nervioso. Los hombres me han mirado en todos los campos de batalla de la isla de Gran Bretaña y se han preguntado si no tendría miedo, pero claro que lo tenía. Todos lo tenemos. Repta por tu interior como una bestia, aferra sus garras a tus entrañas, debilita tus músculos, intenta que se te suelten las tripas, y quiere que gimotees y llores, pero hay que apartar el miedo y dejar que la técnica tome las riendas, y la brutalidad hará el resto, y aunque muchos hombres han intentado matarme y poder vanagloriarse de acabar con Uhtred, hasta la fecha esa brutalidad me ha permitido sobrevivir y ahora, me parece a mí, soy demasiado viejo para morir en la batalla, así que babearé hasta la nada. Wyrd bid ful arad, decimos, y es cierto. El destino es inexorable.
  • b4951849209compartió una citahace 2 años
    pero había aprendido hacía mucho que más vale acostumbrarse a la pesada armadura, si no, en la batalla, se vuelve un engorro, así que la llevaba casi todos los días, y se había convertido en una segunda piel.
  • b4951849209compartió una citahace 2 años
    CAPÍTULO II
    En el mar, en ocasiones, si el barco se aleja demasiado de la costa y se levanta el viento, si la marea lo agita con fuerza venenosa y las olas estallan blancas por encima de los escudos, no hay más remedio que dejarse guiar por los dioses. Hay que recoger la vela antes de que se raje y, como los largos remos no servirán de nada, amarras las palas, achicas, dices tus oraciones, observas el cielo oscurecerse, escuchas el viento aullar, soportas los aguijones de la lluvia, y confías en que la marea, las olas y el viento no te estrellen contra las rocas.
  • b4951849209compartió una citahace 2 años
    En la locura reside el cambio, en el cambio la oportunidad, y en la oportunidad hay riquezas.
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