La palabra crítica tiene una posición central en Marx, pero no en Feuerbach. Marx distingue entre la crítica vulgar y la verdadera crítica. La crítica vulgar es dogmática y establece ciertas presuntas verdades en contraste con la idea criticada. Expone las contradicciones que existen en la idea criticada, pero no trata de entender cómo pudieron haber surgido. Eso, por otro lado, es a lo que se dedica la verdadera crítica. No le basta verificar las contradicciones en la constitución actual; «las explica, comprende su génesis, su necesidad»[95].