Opiniones
- fantásticas_adicciones 🤗compartió su opiniónhace 4 años
💀Espeluznante🔮Profundo🎯Justo en el blanco🚀Adictivo💧Prepárate para llorarUff... No hay otra forma de empezar una opinión sobre este libro para mi que no sea un UFF supremo!
"Eso" el libro, plasma la vida misma, lo mejor y lo peor de ella, los miedos terribles, la niñez, la amistad, el amor, el deseo, las vidas entrelazadas y los propósitos...
Mas que un libro de terror "Eso" es una descripción hermosa y terrible a partes iguales de lo que es vivir y el temor que ello implica; el miedo a crecer y olvidar, a perderte, lo maravilloso de ser niño y creer en todo, el poder y la magia que tiene la niñez! La grandiosidad de la adultez y la responsabilidad que conyeva, y aún así, como a pesar de ello ese niño que fuiste no se va del todo, siempre queda algo ahí aunque a veces se pierda en las memorias, los sentidos nunca olvidan...
Ningún miedo es imposible de vencer si crees de verdad que puedes hacerlo, esa es la gran, GRAN lección de "Eso"
En una palabra MAGISTRAL! - Rodrigo Gálvez Zendejascompartió su opiniónhace 6 años
👍Me gustóImpredecible, excelente y aterrador. Va más allá de un simple susto...
- b0550531204compartió su opiniónhace 8 años
👍Me gustó🚀AdictivoExcelente historia
Citas
- Nubia Riveracompartió una citahace 6 años
Algunas cosas hay que hacerlas aunque sea peligroso. - BlankiMonkicompartió una citahace 6 años
Nunca mentimos mejor que cuando nos mentimos a nosotros mismos - Episkeycompartió una citahace 4 años
«¿Solo?», podría haber preguntado, a su vez, francamente desconcertado. «¿A qué te refieres?»
El niño ciego de nacimiento no sabe que es ciego mientras no se lo digan. Aun entonces tiene sólo una idea muy académica de lo que significa la ceguera. Sólo quienes han podido ver anteriormente comprenden de verdad qué es eso. Ben Hanscom no tenía la sensación de estar solo porque nunca había vivido de otro modo. Si aquello hubiera sido algo nuevo o más localizado, habría podido comprenderlo, pero la soledad abarcaba toda su vida y, a la vez, la superaba. Era, simplemente, como su pulgar torcido o la extraña melladura de uno de sus dientes, aquella que tocaba con la lengua cuando se ponía nervioso.
