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Maria Montessori

Por la causa de las mujeres

  • maría fernanda almadacompartió una citael año pasado
    En otras naciones civilizadas, la ley permite votar en las elecciones a todo aquel que sabe escribir, excepto a los criminales, a los menores y a las mujeres. Las mujeres, incluidas las grandes filántropas inglesas y alemanas, incluida la descubridora del radio; todas: científicas, profesoras de universidad, médicas, novelistas, poetisas, periodistas, heroínas, artistas, comediógrafas; la gran masa de maestras y profesoras, de empleadas de teléfonos y telégrafos, de oficinistas, de comerciantes, de administrativas; la multitud de obreras, de campesinas; todas son fuerzas activas de las naciones y contribuyen útilmente a la colectividad, pero no tienen derechos civiles, como quien enloquece o delinque. Y, además, las mujeres son consuelo del hombre, fuentes inagotables del amor materno que purifica el espíritu; como un fuego sagrado, ¡así son las madres! Las engendradoras de la humanidad: son ellas las que arriesgaron su propia vida para traer seres humanos al mundo y se convirtieron en las protectoras del porvenir, pues cuidan tiernamente de la infancia y dan reposo a quien está cansado. «¡En el seno que nunca cambia tendrás reposo!».
  • maría fernanda almadacompartió una citael año pasado
    ¡Mujeres: alzaos! Vuestro primer deber en este momento es exigir el derecho al voto.
  • maría fernanda almadacompartió una citael año pasado
    La educación de los hijos también se está convirtiendo en labor colectiva y en misión del Estado: el progreso de la higiene y de la pedagogía imponen una división del trabajo en la labor educativa, que ya no puede ejercer una sola persona y que requiere una preparación que no se le puede ni exigir a la mayoría de las madres, ni puede ser garantizada en el ámbito privado.
  • maría fernanda almadacompartió una citael año pasado
    Vi estudiantes felices y serenas, y libres, moverse como en su propia casa entre los pabellones de las clínicas y los gabinetes anatómicos y zoológicos, y en sus clubs, donde se reunían para descansar tras las lecciones y para tomar el tradicional té.
    ¡Nosotras, no! ¿No sabemos hacer otra cosa que criticar con ligereza e ignorar fatalmente, y derrochar así nuestras preciosas fuerzas?
    No creo. Es la hora de actuar. Ya hemos sufrido bastante.
    Es la hora de cerrar filas, ir por nuestra cuenta y luchar.

    La Vita, 5 de mayo de 1907.
  • maría fernanda almadacompartió una citael año pasado
    entro de amplia repercusión que sirve para formar en Italia conciencias femeninas dignas de nuestro tiempo.
  • b7864428553compartió una citahace 2 años
    s mejores congresos que el trabajo masculino haya ofrecido para admiración del mundo.
  • Pato Pereyracompartió una citahace 2 años
    La evolución de la mujer y la presente cuestión femenina se han de estudiar indisolublemente relacionadas con la transformación de la unidad familiar. Antiguamente, la dignidad de la domina y de la mater estaba basada en su misión de trabajadora en el ambiente doméstico: la mujer transformaba la materia prima en los objetos necesarios para vestir y para nutrir a toda la humanidad; y conseguía por ello altas recompensas sentimentales, basadas en el reconocimiento y el respeto.
  • José Saucedocompartió una citahace 2 años
    Y en verdad ya pasó el tiempo en el que la mujer era pasiva, en el que bastaba con que ella no hiciese el mal, en el que cada virtud suya implicaba una negación: sé ignorante, no te ocupes de los asuntos públicos, no trabajes, no te responsabilices de los hijos, no te ocupes de la administración de tus bienes; sé pasiva, aniquila tu voluntad en favor del marido; no vivas por otro más que por él, pero tampoco te esfuerces por comprenderlo; piensa solo en no hacer el mal, siendo el mal no hacer aquello que le gusta al marido.
  • José Saucedocompartió una citahace 2 años
    La mujer se ha liberado de este abrumador negativismo y ha pasado a la movilización, a la acción: «¡Trabaja!
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