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Émile Durkheim

El suicidio

  • Vivian Navarretecompartió una citahace 23 días
    llamamos suicidio a toda muerte que resulta, mediata o inmediatamente, de un acto, positivo o negativo, realizado por la propia víctima
  • Vivian Navarretecompartió una citahace 23 días
    . Sólo se explica bien comparando. Una investigación científica no puede cumplir su finalidad más que basándose en hechos comparables, y tantas menos probabilidades tiene de fracasar, cuanto más seguros estén los científicos de haber reunido todos aquellos hechos cuya comparación sea de utilidad.
  • Vivian Navarretecompartió una citahace 23 días
    ha sido uno de los que más ha contribuido a configurar esta disciplina como ciencia
  • Ismael Flores Vargascompartió una citael año pasado
    Las ciencias progresan gracias a la evolución de las cuestiones que constituyen su objeto de estudio. Se dice que avanzan cuando se descubren leyes ignoradas hasta entonces o cuando nuevos datos modifican la forma de plantear los problemas, aunque no se imponga una solución que pueda considerarse definitiva.
  • Adal Cortezcompartió una citael año pasado
    Lo que es condición indispensable para la vida no puede dejar de ser útil a menos que la vida sea inútil. En efecto, hemos demostrado que hasta el crimen tiene su utilidad. Sólo que, para ser útil, ha de ser reprobado y reprimido. Se ha creído, erróneamente, que el mero hecho de catalogarlo entre los fenómenos sociológicos normales implicaba la absolución. Si es normal que haya delitos, también es normal que sean castigados. La pena y el delito son dos términos inseparables. No hay uno sin el otro. Todo relajamiento anormal del sistema represivo estimula la delicuencia dotándola de un grado de intensidad anormal.
  • Adal Cortezcompartió una citael año pasado
    Cuando uno experimenta tanto placer en no ser, sólo puede satisfacer plenamente su inclinación renunciando a vivir. De ahí que sea exacto el paralelismo que Hartmann cree observar entre la evolución de la conciencia y el debilitamiento de la voluntad de vivir. La idea y el movimiento son, en efecto, dos fuerzas antagónicas que progresan en sentido contrario y el movimiento es vida. Se ha dicho que pensar impide obrar y, por lo tanto, impide vivir. El reino absoluto de la idea no puede establecerse, ni mantenerse, porque es la muerte.
  • Adal Cortezcompartió una citael año pasado
    Llegamos así a una conclusión bastante alejada de la idea que se tiene generalmente del matrimonio y su papel. Pasa por haber sido instituido en consideración a la débil esposa a la que hay que proteger de los caprichos masculinos. Se dice que la monogamia supone un sacrificio de los instintos polígamos del hombre para realzar y mejorar la condición de la mujer en el matrimonio. En realidad, y al margen de las causas históricas que han motivado esta restricción, es a él a quien más favorece. La libertad a la que el hombre renuncia sólo es para él una fuente de tormentos. La mujer no tenía los mismos motivos para perder su libertad y de ahí que podamos decir que, al someterse a la misma regla, es ella la que se ha sacrificado29.
  • Adal Cortezcompartió una citael año pasado
    La doctrina del progreso, a costa de lo que sea y lo más rápido posible, se ha convertido en dogma de fe. Pero, junto a estas teorías que celebran los beneficios de la inestabilidad, hay otras que, generalizando la situación de donde derivan, proclaman que la vida es mala, la acusan de ser más fértil en dolores que en placeres y de seducir al hombre con atractivos engañosos. Y como es en el mundo económico donde este desarraigo causa más estragos, es en él donde se cobra más víctimas.
  • Adal Cortezcompartió una citael año pasado
    Porque los deseos ilimitados son insaciables por definición y, no sin razón, se ha considerado que la insaciabilidad es patológica. Puesto que nada los limita, sobrepasan siempre e indefinidamente los medios de los que disponen; nadie sabría calcularlos, pues una sed inextinguible es un suplicio perpetuamente renovado.
  • Adal Cortezcompartió una citael año pasado
    Aunque por regla general nos representemos el suicidio como una acción positiva y violenta que implica cierto empleo de fuerza muscular, puede ocurrir que una actitud puramente negativa o una simple abstención produzcan idéntica consecuencia. Uno se mata igual rehusando alimentarse que destruyéndose por el hierro o el fuego; tampoco es necesario que el acto del paciente haya sido el antecedente inmediato de una muerte que no podemos considerar efecto suyo; la relación de causalidad puede ser indirecta, sin que el fenómeno cambie de naturaleza por ello.
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