Los hemos agrupado bajo los siguientes títulos:
1.°, los elementos cuya realidad es función de la repetición, dela imitación de un arquetipo celeste;
2.°, los elementos —ciudades, templos, casas— cuya realidad es tributaria del simbolismo del centro supraterrestre que los asimila a sí mismo y los transforma en «centros del mundo»;
3.°, por último, los rituales y los actos profanos significativos, que sólo poseen el sentido que seles da porque repiten deliberadamente tales hechos planteados ab origine por dioses, héroes o antepasados.
Los actos con sentido