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Charles Baudelaire

Las flores del mal (trad. Manuel J. Santayana)

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  • emanoncompartió una citahace 3 años
    EPÍGRAFE PARA UN LIBRO CONDENADO

    Lector apacible y bucólico,

    sobrio y cándido ser humano:

    tira este libro saturniano,

    orgiástico y melancólico.

    Si no aprendiste del retórico

    Satán, el astuto decano,

    ¡tíralo! Habrá de serte arcano,

    o a mí me juzgarás histérico.

    Mas, si te puedes asomar

    a las simas, libre de encanto,

    léeme y pronto me has de amar.

    Alma que sufres cruel castigo

    y un paraíso vas buscando:

    ¡tenme piedad… o te maldigo!

    www.lectulandia.com -
  • emanoncompartió una citahace 3 años
    CXXII

    LA MUERTE DE LOS POBRES

    La muerte es quien consuela y a vivir nos ayuda; es meta de la vida y la sola esperanza

    que, embriagador elixir, por las venas avanza

    e impulsa hasta el final de la jornada ruda.

    Cara a la tempestad, nieve y escarcha aguda,

    es claridad que lejos, tras el negror, se alcanza, el albergue que el libro promete, y da confianza y alimento y descanso a la gente desnuda.

    Es Ángel que con dedos magnéticos, sedeños,

    aduerme y tiene el don del éxtasis en sueños

    y les prepara el lecho a los desposeídos.

    ¡Es gloria de los dioses y místico granero!

    ¡Es la bolsa del pobre y su país primero!

    ¡Es pórtico que abre Cielos desconocidos!
  • emanoncompartió una citahace 3 años
    CXII

    LAS DOS BUENAS HERMANAS

    La Lujuria y la Muerte son dos chicas galantes

    que prodigan los besos con salud ejemplar,

    cuyo vientre impoluto bajo harapos colgantes,

    pese al trabajo eterno, nunca pudo alumbrar.

    Al poeta siniestro, del hogar renegado,

    mimado del infierno, cortesano insolvente,

    tumba y burdel le muestran, bajo un techo enramado, un lecho que al pesar fue siempre indiferente.

    Y la caja y la alcoba, en blasfemias fecundas,

    como buenas hermanas nos ofrecen por turno

    espantosos placeres y un goce atroz e impuro.

    ¿Cuándo me enterrarás con tus manos inmundas,

    Lujuria? ¿Y cuándo, Muerte, su rival taciturno,

    al mirto infecto injertarás ciprés oscuro?
  • emanoncompartió una citahace 3 años
    LOS CIEGOS

    ¡Míralos, alma mía: son, de fijo, espantosos!

    Parecen maniquíes, vagamente risibles;

    son, como los sonámbulos, singulares, terribles; como dardos sin rumbo sus globos tenebrosos.

    Sus ojos, que ha dejado ya la chispa divina,

    cual si miraran lejos se alzan sin movimiento;

    no se les ve jamás bajar al pavimento

    cuando, llena de sueño, la cabeza se inclina.

    Atraviesan así lo negro ilimitado,

    hermano del silencio que no acaba. ¡Oh, ciudad!, mientras en derredor cantas entre tus juegos,

    entregada al placer hasta la atrocidad,

    también me arrastro, y más que ellos atontado

    me pregunto: ¿Qué buscan en el cielo estos ciegos?
  • emanoncompartió una citahace 3 años
    ¡París cambia, y todo es, en mi melancolía,

    igual! Palacios nuevos, sillares y estructuras,

    barrios: para mí, todo se torna alegoría

    y pesan más que rocas mis memorias más puras.

    Así, ante este Louvre una imagen me oprime:

    ¡yo pienso en mi gran cisne con su gesto demente, como los exilados, ridículo y sublime,

    al que roe un deseo sin tregua! Y va mi mente,

    Andrómaca, hacia vos, de los brazos caída

    del esposo, vil res que, altivo, Pirro abate,

    junto al hoyo vacío, en éxtasis torcida;

    ¡viuda de Héctor, presa de Heleno en el combate!

    Pienso en la negra tísica, que hunde, enflaquecida, en el fango los pies, y ve cómo se esfuma

    en la mente el paisaje del África querida

    y feraz tras el muro inmenso de la bruma.
  • emanoncompartió una citahace 3 años
    LXXXIV

    LO IRREMEDIABLE

    I

    Una Idea, una Forma, un Ente

    del azur nacido y lanzado

    a un río oscuro, encenagado,

    cerrado al Cielo refulgente;

    un ángel, incauto viajero

    que ha probado el amor deforme

    y en una pesadilla enorme

    busca, nadando, un derrotero,

    y, ¡angustias fúnebres!, pelea

    contra un gigante remolino

    que canta con gran desatino

    y en las tinieblas piruetea;

    un poseído que no sabe

    con sus esfuerzos impotentes

    por escapar de mil serpientes

    dar con la luz y con la llave;

    maldito que a oscuras desanda

    un abismo cuya humedad

    trasciende a la profundidad

    de eternas gradas sin baranda,

    donde velan monstruos viscosos

    cuya fosfórica mirada

    vuelve la noche más cerrada

    y aquellos ojos más lustrosos;

    www.lectulandia.com - Página 139

    un navío en el polo preso,

    como en un cepo de cristal

    buscando el estrecho fatal

    que lo llevó a tan cruel suceso;

    ¡Son de un irremediable azar

    perfecto emblema, fiel retablo,

    que hace pensar que siempre el Diablo

    su labor sabe realizar!

    www.lectulandia.com - Página 140

    II

    ¡Íntimo diálogo sombrío

    de un corazón vuelto su espejo!

    Negra sima en cuyo reflejo

    tiembla un astro lívido y frío,

    un faro irónico, infernal

    llama de satánico encanto,

    alivio y gloria sin quebranto:

    ¡La conciencia de hacer el Mal!
  • emanoncompartió una citahace 3 años
    EL ATORMENTADOR DE SÍ MISMO

    A J. G. F.

    Sin cólera te golpearé

    como el matarife a la res,

    como en la roca dio Moisés;

    y de tus párpados haré

    brotar aguas de sufrimiento

    para que abreve mi Sahara

    y confiada mi sed avara

    sobre tu sucio llanto, al viento

    vaya cual nave en mar amarga;

    y en mi alma, que ensuciarán,

    tus sollozos resonarán

    como tambor que bate carga.

    ¿No soy acorde que se pierde

    en la divina sinfonía

    por esta voraz Ironía

    que me sacude y que me muerde?

    ¡Está en mi voz, la vocinglera!

    ¡Mi sangre es fango venenoso!

    Soy el espejo tenebroso

    en que se mira la megera.

    ¡Yo soy la herida y la cuchilla!

    ¡Soy los miembros y soy el yugo!

    ¡Soy la víctima y el Verdugo!

    ¡La bofetada y la mejilla!

    ¡Bebo mi sangre sin morir!

    ¡Soy de aquellos abandonados

    a eterna burla condenados,

    que ya no pueden sonreír!
  • emanoncompartió una citahace 3 años
    OBSESIÓN

    Me asustáis, grandes bosques, como las catedrales; como el órgano aulláis, y en nuestros pechos huecos, cámaras donde suenan estertores mortales,

    de vuestros De Profundis nos responden los ecos.

    ¡Océano, te odio! ¡Tus saltos, tus tumultos,

    mi alma los halla en sí! La amarga carcajada

    del vencido, tan llena de sollozos e insultos,

    en la risa del mar la oigo duplicada.

    Cómo me placerías, Noche, sin tus luceros

    que hablan un lenguaje que conozco, aunque es mudo,

    ¡pues busco lo vacío, lo negro y lo desnudo!

    Pero las sombras mismas son lienzos hechiceros

    adonde huyen de mis ojos a millares

    seres que ya no existen, de ojos familiares.
  • emanoncompartió una citahace 3 años
    LA CAMPANA QUEBRADA

    Es amargo y es dulce en las noches de invierno

    escuchar junto al fuego que palpita y ahúma

    los recuerdos lejanos elevarse en lo interno

    al son de carillones que cantan en la bruma.

    ¡Dichosa la campana de potente garganta

    que pese a su vejez, alerta aún, ofrenda

    su grito religioso, que hacia el cielo levanta

    como un viejo soldado que vigila en su tienda!

    Mas mi alma está quebrada, y si llena de hastío

    quiere poblar de cantos las noches de aire frío, con frecuencia sucede que su timbre apagado

    semeja el estertor de un herido olvidado

    junto a un lago de sangre, bajo un montón de muertos, y que agoniza, inmóvil, entre inmensos esfuerzos.
  • emanoncompartió una citahace 3 años
    LA PIPA

    Soy la pipa de un escritor,

    pregona la oscura tez mía,

    de Abisinia o de Cafrería,

    que es mi dueño buen fumador.

    Cuando lo abruma un gran dolor,

    humeo como la cocina

    de alguna choza campesina

    que aguarda al rudo labrador.

    Su alma se arrulla y se despeja

    en esa azul, móvil madeja

    que brota de mi boca ardiente,

    y se esparce cual ley potente

    que al corazón el mal mitiga

    y libra al alma de fatiga.
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