La situación y la historia

Sentí con agudeza la cálida y dolorosa insuficiencia de las relaciones humanas

quienes escribían poseían un discernimiento en torno al cual organizaban la escritura, y en todos los casos se habían creado un personaje que había de estar al servicio de este discernimiento

Las Confesiones de san Agustín siguen siendo una suerte de modelo a seguir para quienes escriben memorias

fueron estos años en los que yo, la profesora, estuve enseñándome a leer lo que yo, la escritora, no tardaría en escribir. El espíritu monotemático resultó ser una fuerz

Toda obra literaria tiene tanto una situación como una historia. La situación es el contexto o las circunstancias, en ocasiones la trama; la historia es la experiencia emocional que interesa a quien escribe: el discernimiento, la sabiduría, la cosa que uno ha venido a decir. E

A alguien que está en lo peor de un ataque el hecho de que nadie se muera de migraña le parece una dudosa bendición

dinámica. En la de no ficción, quien escribe solo tiene un yo singular con el que trabajar. Por eso a lo que el escritor ha de aspirar es a buscar y encontrar al otro en sí mismo

En toda escritura con origen en la imaginación, la solidaridad por el tema es necesaria no tanto porque sea la postura políticamente correcta o moralmente decente, sino porque la falta de solidaridad hace que la mente se bloquee:

Pero el grano, cuando finalmente vas a él, es un sitio pequeñito y muy vacío, una cuestión de poca sustancia. Es extraordinaria la poca sustancia que tiene el grano una vez que has llegado a él

Me intereso entonces por mi propia existencia como medio de penetrar la situación que me ocupa.