—¿Y tú, Peter? Tú también tendrás que responder alguna vez a determinadas preguntas. Yo he asistido algunas veces a tus reuniones políticas. Haces discursos, la sala te aplaude. ¿Crees sinceramente en lo que dices?
—Estoy obligado a creer.
—Pero, en lo más profundo de ti mismo, ¿qué piensas?
—No pienso. No puedo permitirme ese lujo. Llevo el miedo en mi interior desde la infancia.