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Carlos García Vázquez

Teorías e historia de la ciudad contemporánea

  • Angel H. Ortizcompartió una citael año pasado
    También a Eugène Hénard, autor de los ocho fascículos que componían los Estudios sobre la transformación de París,85 le movían visiones ingenieriles o biológicas: la metrópolis era un organismo que respiraba a través de “pulmones de vegetación” y cuya “circulación sanguínea” fluía por “arterias viarias”.
  • Angel H. Ortizcompartió una citael año pasado
    la zonificación funcional, que Baumeister concretó diferenciando entre usos comerciales, industriales y residenciales. Tráfico, vivienda e higiene serían los tres vectores que guiarían a los urbanistas iluministas en el manejo del que entendían que era su principal cometido: organizar el caótico crecimiento demográfico y territorial de la metrópolis
  • Angel H. Ortizcompartió una citael año pasado
    Piotr Kropotkin, autor de Campos, fábricas y talleres,65 un libro en el que emplazaba el futuro de la humanidad en las antípodas del presente monopolista: las industrias serían pequeñas, emplearían a trabajadores altamente cualificados y gozarían de una gran libertad de localización gracias a la expansión de la energía eléctrica. En estas circunstancias la concentración metropolitana dejaría de tener sentido, por lo que gran parte de la población retornaría al campo.

    En este caldo de cultivo germinó la figura de Ebenezer Howard, activista social y taquígrafo parlamentario. La propuesta de su libro Ciudades jardín del mañana
  • Angel H. Ortizcompartió una citael año pasado
    El urbanismo se gestó y se conformó en el ámbito del iluminismo, que lo orientó hacia la ciencia y el positivismo, lo que suponía una aceptación acrítica de los intereses del capitalismo. Tal como denunció Werner Sombart, la “cultura del plan regulador” era meramente racional y se limitaba a colaborar en el ajuste productivo monopolista. Así lo consideraba el marxismo, que mostró por el urbanismo la misma indiferencia que antes había sentido por el arte urbano. Lo acusaba de ser un instrumento ideado por el Estado para llevar a cabo las tareas que le habían encomendado las élites económicas
  • Angel H. Ortizcompartió una citael año pasado
    En Las piedras de Venecia,62 Ruskin había señalado el papel que el patrimonio de la ciudad jugaba en la definición de la identidad personal de sus habitantes, a los que enraizaba en el espacio y en el tiempo. Partiendo de este argumento, su prescripción era radical: la ciudad debía conservarse intacta, preservando no solo su arquitectura y red viaria, sino también las formas de vida preindustriales que las habían generado.
  • Angel H. Ortizcompartió una citael año pasado
    Poëte postuló lo que puede considerarse como la segunda prefiguración del análisis urbano en su etapa predisciplinar (la primera fue el “estudio regional” de Geddes), que consistía en servirse de catas arqueológicas para reconocer las trazas originarias de la morfología urbana y reconstruir su posterior evolución, dependiente de los accidentes geográficos
  • Angel H. Ortizcompartió una citael año pasado
    El economista, sociólogo e historiador Max Weber reconoció en la metrópolis una pieza esencial de la estructura, es decir, del engranaje del proceso de racionalización de la economía y la sociedad puesto en marcha por el gran capital y dirigido por el Estado.
  • Angel H. Ortizcompartió una citael año pasado
    Simmel definió la base psicológica del individuo metropolitano, la Nervenleben, como una intensificación nerviosa provocada por la cascada de estímulos a los que se veía sometido a diario. Para adaptarse a ella había desarrollado el intelecto; es decir, la capacidad de responder al entorno con la razón y no con el corazón.
  • Angel H. Ortizcompartió una citael año pasado
    La meta del iluminismo era la Aufklärung: liberar al pueblo de la ignorancia y la servidumbre a través de la ciencia. Para alcanzarla, el mundo del conocimiento debía dejar de lado el pensamiento simbólico y ser reformulado desde cero y a partir de los dictados de la razón.
  • Angel H. Ortizcompartió una citael año pasado
    Del iluminismo se derivó un mito: el mecanicista o funcionalista, que definía la sociedad como un sistema integrado por partes interrelacionadas y funcionalmente interdependientes. De su aplicación a la metrópolis surgió la metáfora de la máquina, de la ciudad entendida como un artefacto productivo impulsado por la tecnología y, en la versión marxista, manejado por el poder.
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