Sarah J.Maas

Casa de cielo y aliento

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  • Karla Valenciano Najeracompartió una citahace 4 meses
    —Me llamo Bryce Quinlan.

    El hombre dio un paso al frente y guardó un poco sus alas. Sonrió ligeramente y dijo en el Antiguo Lenguaje, con una voz como la noche gloriosa:

    —Hola, Bryce Quinlan. Me llamo Rhysand.
  • Karla Valenciano Najeracompartió una citahace 4 meses
    El hombre alado de cabello oscuro que entró detrás de ella…

    Bryce ahogó un grito.

    —¿Ruhn?

    El hombre parpadeó. Sus ojos eran del mismo tono azul violeta que los de Ruhn. Su cabello corto era del mismo negro brillante.
  • Karla Valenciano Najeracompartió una citahace 4 meses
    El hombre la sacó y Bryce reaccionó.

    Reaccionó, pero…

    —¿Qué carajos?

    El cuchillo podía haber sido el gemelo de la Espadastral: de empuñadura y hoja negras.
  • Karla Valenciano Najeracompartió una citahace 4 meses
    Otro hombre alado, más ancho que el anterior, entró con una mujer hermosa de cabello castaño dorado a su lado.
  • Karla Valenciano Najeracompartió una citahace 4 meses
    La mujer pequeña y de cabello oscuro con ojos rasgados como los de Fury se detuvo en sec
  • Karla Valenciano Najeracompartió una citahace 4 meses
    Con manos llenas de cicatrices, el demonio sacó un trozo de tela negra de un bolsillo oculto de su armadura. Lo sostuvo frente a su cara fingiendo ponérselo. Una venda para los ojos.
  • Karla Valenciano Najeracompartió una citahace 4 meses
    El poder del asteri se deslizó y se extendió por la frente de Hunt, perforándolo con cada uno de los picos del halo de espinas que le tatuó ahí.
  • Karla Valenciano Najeracompartió una citahace 4 meses
    Nuestro amor es más fuerte que el tiempo, más grande que cualquier distancia. Nuestro amor abarca estrellas y mundos. Te volveré a encontrar. Te lo prometo.
  • Karla Valenciano Najeracompartió una citahace 4 meses
    Lidia tenía tanta sangre en las manos que no habría manera de lavarla nunca.
  • Karla Valenciano Najeracompartió una citahace 4 meses
    Pero Bryce no dijo nada. Sólo le sostuvo la mano… por última vez. Se dio cuenta cuando el elevador subió disparado por el palacio de cristal.

    Estaba sosteniendo la mano de su pareja por última vez.
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