«Un cementerio marino. Policías corruptos. Hombres de éxito y gustos exquisitos que nunca se manchan las manos, para eso existen los parias. Próceres arruinados por hijos yonquis. Habitantes de la exclusión que han hecho de la desaparición de cadáveres su modo de vida. Existencias rotas en unos márgenes de la sociedad que cada vez se hacen más grandes y acogen a más personas, donde las drogas son el único medio de paliar la desesperación y el fracaso. En suma, el mundo que vivimos tal cual es.
Un relato turbio, atravesado por un lirismo conmovedor, que derrama literatura en cada frase. Una lectura que no dejará indiferente a nadie que se asome a ella.»